lunes, 3 de mayo de 2004

Nuestro Lugar en el Cosmos

Noviembre 13, 2003

La Gran Historia y Las Historias de Ciencia

Douglas Vakoch

Como si los estudiantes del colegio no tuvieran ya suficiente tiempo estudiando para sus exámenes finales, el Profesor David Christian lo hace aún más pesado. La mayoría de los instructores de Historia 100 encontrarían demasiado ambicioso examinar todos los registros de historia en un solo semestre. Pero Christian no. En su curso de reconocimiento en la Universidad del Estado en San Diego, la historia comienza más temprano. Según sus cálculos, alrededor de 13.7 mil millones de años antes, retrocediendo hasta el Big Bang.

“Normalmente”, explica Christian, “los historiadores miran al pasado en una escala de dos o tres siglos”. Con su tradicional entrenamiento en historia Rusa, esta fue como el comenzó también su propia carrera. Pero finalmente, el acercamiento estándar al pasado no fue suficiente para él. “Me fasciné con la pregunta: “¿Cuándo es el comienzo de la historia?”, dice Christian, “y una vez que comienzas a preguntártelo, retrocedes, y retrocedes y retrocedes. Y finalmente me encontré a mi mismo retrocediendo a los orígenes del universo, ya que ese parecía el único punto lógico para detenerse”. Y así, por los últimos quince años, ha impartido un curso sobre Gran Historia, a la que describe como “un intento de mirar al pasado en todas las escalas de tiempo posibles”.

Más que un interesante ejercicio intelectual, Christian afirma que la Gran Historia nos ayuda a encontrar el significado en nuestras vidas: “Entender como encajas en el universo, es increíblemente importante psicológicamente porque te da un sentido de quien eres, donde estás y cual es tu lugar en el esquema de las cosas”. En su siguiente libro Mapas del Tiempo: Una introducción a la Gran Historia, el énfasis de Christian es ponernos en contexto nosotros mismos. De hecho, en múltiples contextos. Como él dice: la Gran Historia “te permite ver la historia humana en el contexto de la historia de la vida en la Tierra, del planeta, del sistema solar y del universo”.

Historias de la ciencia

“Cuanto más miro al pasado en estas grandes escalas”, dice Christian “más estoy convencido que las diferencias entre la ciencia y los primeros esfuerzos para observar un cuadro completo del universo a menudo no son tan grandes como pensamos”. Considere, por ejemplo, los mitos de los aborígenes Australianos. Fijándose en esas historias, afirma Christian, es información crítica para la supervivencia, proporcionando una forma rudimentaria de ciencia. “Historias acerca de canguros, o historias acerca de mamuts … contenían una muy buena y sólida información que necesitabas si eras un cazador. Así que en un sentido, esas historias eran ciencia”.

Pero no toda la ciencia es igual de buena. “La gran diferencia entre (las historias de) la sociedad moderna es que estas son historias son probadas globalmente, mientras que en el pasado, tus historias se probaron solo entre una pequeña comunidad de gente. Así, las historias modernas tienen deben sobrevivir pruebas más fuertes”. En comparación con las historias antiguas, Christian mantiene que podemos lograr más con las historias de la ciencia moderna. “Pienso que son mejores historias, y podemos hacer más cosas con las historias modernas. Podemos hacer computadoras, podemos hacer planes”.

Pero la transición de la ciencia pre-moderna a la moderna no se hace fácilmente. “Si tienes una historia que ha transmitido en tu tribu por centenares de años”, explica Christian, “repentinamente te enteras que hay otras personas con historias diferentes. Esto es un gran impacto al sistema, y eso ha pasado muchas veces en los últimos siglos”.

Un mundo más pequeño, una Ciencia más grande

La fortaleza de la ciencia moderna viene de su capacidad para integrar lo mejor de otros relatos. “En un sentido”, dice Christian, “de todas estas historias competentes, el científico es el que está capacitado para probar y mezclar lo mejor de todas ellas, y encontrar algo que embone todo el conocimiento de todas las diferentes sociedades. Y se convierte, por supuesto, en una historia que funciona en Japón así como en Australia y así como en Norte América, en algunas formas prácticas tiene que ser una mejor historia”.

Según el relato de Christian, no había nada al azar alrededor de cuando y de donde se agarró la ciencia moderna: “El mundo estaba por sí mismo, en el pasado, esparcido en partes más pequeñas. No había intercambio de información de esas grandes áreas. No es accidental que la Revolución Científica ocurriera en Europa, y que pasara justo después del punto en el que el mundo entero estaba unificado por primera vez. Porque repentinamente, tenías un gran derrame de información llegando a Europa, y para los científicos europeos, el problema estaba en conciliar todos estos distintos grupos de información. Y pienso que de ahí es de donde proviene la ciencia moderna. Es un intento para ver que hay en común en todas estas historias, y para armar una historia que unifique toda la información desde distintas partes del mundo”.

Por eso, la historia moderna sigue en marcha, proporcionando un mayor y cada vez más amplio entendimiento del universo y nuestro lugar en él. En opinión de Christian, “creo que cualquier científico estará de acuerdo que en un periodo de cien años, mucho de los detalles de la historia que contamos hoy puede parecer algo linda e ingenua, porque habremos avanzado más allá de estas. Pero si a usted le tocó vivir ahora”, concluye, “esta es la mejor historia en marcha”.

Fuente: Instituto SETI

Traducción: María Luisa Hernández Castro

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