sábado, 11 de septiembre de 2004

¿Ha Encontrado SETI@home una Señal?

Septiembre 2, 2004

por Seth Shostak




Un reciente artículo (de 01 de Septiembre) en la revista New Scientist, titulado “Señales Misteriosas desde 1000 Años Luz”, implica que el proyecto SETI@home de UC Berkeley ha descubierto una muy convincente señal candidata que puede ser la primera evidencia fuerte de inteligencia extraterrestre.

¡Qué pena! esta historia es falsa. Según Dan Werthimer, líder del proyecto SERENDIP SETI en UC Berkeley, este es un caso de un reportero que no entiende como funciona la búsqueda. Dice que las malas interpretaciones y las declaraciones tomadas fuera de contexto dan la impresión de que su equipo está excepcionalmente impresionado con una de las muchas señales candidatas, la SHGb02+14ª, descubierta usando el popular software de SETI@home. Bien, no lo están.

Esta señal ha sido encontrada dos veces por los amigos que usan un el protector de pantalla que han descargado. El hecho redundó en que el equipo de UC Berkeley la pusiera en su lista de “mejores candidatas”. Recuerde que el programa SETI@home produce 15 millones de informes de señal cada día. ¿Cómo puede uno clasificar quizás a través de esta enorme inundación de información para buscar señales que pueden ser realmente extraterrestres y no de simples ruidos de artefactos o interferencia artificial?

El esquema usado es simple en principio (sin embargo los detalles técnicos son complejos): la información de SETI@home viene de un receptor sobre el radio telescopio de Arecibo que está incesantemente filtrando el cielo, “encaramado” sobre otras observaciones astronómicas. Cada pocos segundos, examina otra trayectoria de la inmobiliaria celeste y graba la información cubriendo muchos millones de canales de frecuencia. Algunos de estos datos son entonces distribuidos para su procesamiento mediante el protector de pantalla. Por si acaso, el telescopio examinará la misma trayectoria en el cielo más o menos cada seis meses. Si una señal es persistente – es decir, si se muestra más de una vez cuando el telescopio está apuntando al mismo lugar, y a la misma frecuencia (después de la corrección de los cambios causados por el movimiento de la Tierra) – entones se convierte en candidata. Desde luego, el que sea persistente no significa que el origen está encendido siempre, solo significa que se encontró muchas veces.

En Febrero de este año, Werthimer y sus colegas llevaron una lista de doscientas de las mejores señales candidatas de SETI@home y apuntaron deliberadamente esa descomunal antena en las direcciones en las que el campo de acción fue apuntado cuando fueron encontradas. Una vez sujetas a esta inspección cercana, todas las señales fallaron en salir al descubierto, menos una. Eso las descalifica de ser aclamadas como detecciones verdaderas de una señal persistente. La única que fue encontrada nuevamente, la SHGb02+14a (tema del artículo en New Scientist), aún será sin duda observada de nuevo, pero según Paul Horowitz, quien encabeza los logros de Harvard SETI, las estadísticas del ruido hacen bastante probable que reapareciera al menos una de las candidatas observadas en Febrero, incluso si todas esas señales se debieran simplemente a las fluctuaciones del receptor.

El artículo remarca la tendencia fuerte de esta señal, la que describe como un enigma. Desde luego, muchas fuentes terrestres de interferencia, y en particular los satélites de telecomunicación, muestran tendencias fuertes debido a los cambiantes efectos Doppler mientras orbitan el cielo. (Dicho sea de paso, inclinado técnicamente desearía hacer notar que la tendencia causada por un planeta orbitando como la Tierra sería de 0.15 Hz/seg, no de 1.5 Hz/seg como se mencionó en la revista). Mientras que para la distancia de 1000 años luz afirmada en el título del artículo, no hay evidencia clara que apoye este número, excepto la carencia de estrellas cercanas conocidas en el haz de la antena.

La conclusión es que un experimento como SETI@home siempre tiene una lista de candidatas, un cuadro de aquellas señales que lucen más prometedoras. De hecho, se puede encontrar las versiones actuales de esta lista en su sitio de internet. Sin embargo, hay una gran diferencia entre una señal candidata y una convincente. Si alguno de los grandes experimentos SETI ejecutados por el Instituto SETI, por el grupo UC Berkeley, los amigos en Harvard, o los Australianos o los Italianos, descubre una señal que ellos piensen que es de origen extraterrestre, inmediatamente tomarán medidas para confirmar esto, ya sea con sus propios científicos o con otros observadores de otras organizaciones. Se podrá encontrar la información al respecto en sus sitios de internet, y en múltiples medios de comunicación.

Tristemente, el New Scientist, al insinuar que es inminente la detección de una señal extraterrestre, ha trajinado sin saber en un pegajoso tanque de hipérbole.

Fuente: Instituto SETI

Traducción: María Luisa Hernández Castro

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lunes, 6 de septiembre de 2004

Astrónomos Descubren otros dos Planetas del tamaño de Neptuno

Septiembre 2, 2004

por Doug Vakoch




En un sorprendente seguimiento al anuncio de la semana pasada de que una “super-Tierra” ha sido descubierta alrededor de una estrella cercana, equipos adicionales de astrónomos han anunciado que otros dos planetas de tamaño similar han sido detectados. De los más recientes descubrimientos, uno circunda a una estrella semejante al sol, mientras que el otro orbita a una estrella enana roja. Ambos planetas recientemente anunciados son notablemente más chicos que la inmensa mayoría de otros planetas extrasolares detectados hasta ahora, siendo casi veinte veces la masa de la Tierra – comparable al tamaño de Neptuno. “Este descubrimiento demuestra que, como esperábamos, nuestra galaxia es rica en planetas como la Tierra”, explica el astrónomo Frank Drake, Director del Centro para el Estudio de la Vida en el Universo del Instituto SETI.

“Si observa a los más o menos 135 planetas extrasolares descubiertos hasta ahora, es claro que la naturaleza hace más de los planetas más pequeños que de los más grandes” dice Geoff Marcy de la Universidad de California en Berkeley, líder del equipo que descubrió un planeta alrededor de la estrella enana roja Gliese 436, localizada a 33 años luz de la Tierra. “Hemos encontrado más planetas del tamaño de Saturno que planetas del tamaño de Júpiter, y al parecer ahora hay más planetas del tamaño de Neptuno que los del tamaño de Saturno. Eso significa que hay una oportunidad de encontrar Tierras, y quizás más de ellas que todos los otros planetas que hemos descubierto hasta ahora”.

“Hace diez años no se sabía de ningún solo planeta que orbitara una estrella tipo solar, excepto aquellos en nuestro sistema solar”, dice Steven J. Dick, Historiador en Jefe de la NASA y autor del recientemente publicado libro El Universo Vivo: la NASA y el Desarrollo de la Astrobiología. “Estos recién descubiertos son aún los más cercanos a la Tierra en tamaño. Es un paso más en la emocionante búsqueda de vida extraterrestre, que es apoyada por la NASA a través de su programa de astrobiología”.

Paul Davies, Profesor de Filosofía Natural en el Centro Australiano para la Astrobiología en la Universidad Macquarie, sugiere que los descubrimientos recientes tienen profundas implicaciones para las teorías de la formación de los planetas. Enfocándose en la manera en que las observaciones recientes desafían nuestro actual entendimiento de los sistemas planetarios, Davies sostiene que “estas últimas observaciones confirman que los planetas grandes que orbitan cerca a su estrella madre son una característica común de los sistemas planetarios. Tal configuración vuela en la cara de la teoría ortodoxa de la formación de los planetas, y busca desencadenar una revolución en nuestro entendimiento del como y donde se forman los planetas”.

¿Otras Tierras?

Pero exactamente ¿Cuán parecidos a la Tierra son estos planetas recién descubiertos? Eso permanece abierto a debate. “Es casi cierto que todos los planetas encontrados hasta ahora son gigantes de gas”, dice Marcy, hablando sobre descubrimientos anteriores de planetas alrededor de otras estrellas. “Pero estos nuevos son un enigma”, continúa. “Podrían ser gaseosos como Júpiter, pero también podrían tener un núcleo de roca congelada y una gruesa cubierta de hidrógeno y gas de helio, como Neptuno. O podrían ser una combinación de roca y hielo, como Mercurio”.

Todos los tres planetas del tamaño de Neptuno recientemente anunciados fueron descubiertos usando el método de “velocidad radial”. Mientras los planetas orbitan sus estrellas, causan unas leves perturbaciones en la estrella con relación a la Tierra. Este leve movimiento rítmico, acercándose y alejándose alternadamente de la Tierra, se muestra como cambios en las emisiones espectrales de las estrellas. Al ver cuánto tiempo pasa antes de que el patrón se repita, los científicos pueden determinar cuánto le toma al planeta completar una órbita completa.





Usando el método de velocidad radial, los astrónomos pueden buscar un planeta alrededor de una estrella al observar los cambios en la luz estelar. Si el planeta circundante es lo bastante grande, los astrónomos pueden detectar cambios en la luz estelar causados por el “jalón” gravitacional del planeta sobre la estrella. Mientras la estrella se mueve hacia la Tierra, la luz estelar es cambiada hacia longitudes de onda azules. Mientras la estrella se aleja de la Tierra, el espectro cambia hacia longitudes de onda rojas.


Todos los tres planetas más recientemente descubiertos orbitan sus estrellas madre en una órbita cercana. Es precisamente la estrechez de estas órbitas lo que hace posible detectar tales planetas usando el método de velocidad radial. A distancias mucho más grandes de sus estrellas, los planetas con la misma masa serían mucho más difíciles de detectar usando este método – y con los límites actuales de la tecnología de observación, quizás incluso se volverían invisibles.

Por ejemplo, el planeta recién descubierto alrededor de la estrella 55 Cancri semejante al Sol realiza una órbita completa en menos de tres días, en comparación al año de 365 días de la Tierra. Este planeta del tamaño de Neptuno circunda su estrella mucho más cerca de lo que la Tierra orbita al Sol. De hecho, circunda la estrella 55 Cancri a una distancia de 5.6 millones de kilómetros (3.5 millones de millas) – menos del 4% de la distancia entre la Tierra y el Sol. El otro planeta recién anunciado – el cual circunda la estrella Gliese 436 a una distancia de 4.2 millones de kilómetros (2.6 millones de millas) – también orbita a una rango relativamente corto, por lo menos al compararlo a los 149 millones de kilómetros (93 millones de millas) que separan a la Tierra del Sol.

Una de las restricciones del método de velocidad radial es que es altamente sensible a la distancia de los planetas de sus estrellas. Los planetas que orbitan sus estrellas madre a una distancia larga causan menos “jalón” gravitacional que los mismos planetas con órbitas más apretadas. De tal manera, para ser detectado con las tecnologías actuales, un planeta debe estar muy grande para ser detectado en una órbita distante alrededor de su estrella. “Podremos fácilmente detectar planetas de solo 10 veces la masa de la Tierra”, dice Marcy, y es optimista con respecto al futuro de la búsqueda de planetas. “Cuento con que encontraremos docenas de planetas de entre 10 y 20 veces la masa de la Tierra en algunos años”.

Pero para encontrar planetas mucho más pequeños, es necesario un método alternativo. Por ejemplo, la Misión Kepler de la NASA es un programa basado en el espacio que buscará planetas del tamaño de la Tierra usando el “método de tránsito”, escudriñando en las estrellas el ligero oscurecimiento que ocurre cuando los planetas cruzan a través de la línea de visión entre su estrella doméstica y el telescopio. El método de tránsito tiene una ventaja crítica sobre el método de velocidad radial: el oscurecimiento de una estrella que ocurre durante un tránsito no es afectado sensiblemente por la distancia entre una estrella y su planeta.

Los descubrimientos recientes dan a Jon Jenkins, ingeniero del Instituto SETI quien trabajó en la Misión Kepler, más razón para estar optimista acerca del descubrimiento de planetas tamaño Tierra. “Todo indica que tenemos una gran diversidad de planetas”, comenta Jenkins, “y esos planetas son muy abundantes”. Al comenzar la Misión Kepler las observaciones desde el espacio a fines del 2007, los científicos tendrán una mejor idea de cuán abundantes son los planetas terrestres.

Alta Precisión

Aunque la sofisticación de las observaciones astronómicas ha aumentado asombrosamente desde que Johannes Kepler anunció sus tres leyes del movimiento celestial a principios del siglo diecisiete, los principios básicos detrás de los descubrimientos astronómicos vanguardistas permanecen bastante iguales. Primero y antes que nada, los principales astrónomos usan los mejores instrumentos de la época. Para Kepler, eso significó recurrir a las más exactas observaciones del astrónomo danés Tyco Brahe, quien le permitió a Kepler trazar la trayectoria elíptica que hace Marte al viajar alrededor del Sol.

Los descubrimientos recientes de planetas extrasolares fueron hechos en algunos de los observatorios de clase mundial de hoy, como el Observatorio McDonald de la Universidad de Texas en Austin, donde fueron hechas muchas de las observaciones a la estrella 55 Cancri. En el Observatorio McDonald, un complejo sistema de programación le permite proceder cada noche a varios proyectos de investigación. Con este método, cualquier proyecto dado de investigación puede obtener información en semanas o incluso meses, mientras los objetivos prometedores para cada proyecto son ingresados en la cola para hacer mejor uso de las vicisitudes del ambiente de observación, tales como cambios en el clima y la fase de la Luna. “En 180 días, conseguimos más de 100 observaciones a la estrella”, explicó la astrónoma Barbara McArthur, quien dirige el equipo del Telescopio Hobby-Eberly (HET) del Observatorio McDonald. “Esto es un acceso asombroso a un instrumento de alta precisión”, explicó. El astrónomo William Cochran, su colega en el Observatorio McDonald agregó: “La combinación de la operación de programación en espera, la cual nos permite obtener la información cuando la necesitamos, y el exquisito espectrógrafo, el cual recopila información extraordinaria, hace al HET excepcionalmente apropiado para esta tarea”.

Como el único sistema de cuatro planetas conocido hasta ahora, en el punto de vista de McArthur el sistema de la estrella 55 Cancri es “el análogo más cercano que tenemos de nuestro sistema solar”. De hecho, la temprana detección de los planetas alrededor de la 55 Cancri fue razón suficiente para ponerlo hasta arriba de la lista de estrellas para ser observadas por el Proyecto Phoenix del Instituto SETI, el cual buscaba la estrella hace varios años. Usando una supercomputadora hecha a la medida y el Observatorio Nacional de Radio Astronomía en Green Bank, West Virginia, la 55 Cancri fue examinada como parte de la más sensitiva búsqueda de inteligencia extraterrestre del mundo. No se encontró ninguna señal de inteligencia.

Sabiduría Poco Convencional

Sin embargo, la enana M Gliese 436, no fue examinada por el Proyecto Phoenix en busca de señales de inteligencia. “Durante décadas”, explica Peter Backus astrónomo del Instituto SETI, “la sabiduría convencional decía que los programas de SETI deberían eludir las estrellas de poca masa tales como la Gliese 436. Estas estrellas están mucho más frías que el Sol, y para que el planeta tenga agua líquida, tendría que orbitar muy cerca a la estrella”.

Pero la proximidad requerida para el agua líquida tiene un precio. Como explica Backus, “Tal proximidad cercana a la estrella causaría mareas en la masa del planeta y bloquearía tanto su rotación que siempre daría un lado a la estrella – justo como la Luna está bloqueada a la Tierra”. Y eso tendría implicaciones al planeta en su totalidad: “Un trabajo anterior sugirió que la atmósfera de tal planeta se congelaría en el lado nocturno”, dice Backus, “dejando el lado del día completamente expuesto a la radiación de la estrella. Para las estrellas M este es un problema particular puesto que algunas muestran llamaradas gigantescas, mucho más grandes que cualquiera producida por nuestro Sol”.

De hecho, Marcy ha estimado que la temperatura en el lado brillante del último planeta descubierto alrededor de Gliese 436 sea de alrededor de los 377° C, mientras que el gélido helado lejano rondaría inconfortablemente cerca al cero absoluto. Pero la zona intermedia, según el punto de vista de Marcy, podría ser más hospitalaria. “El frente está caliente y el lado posterior está probablemente frío”, dijo, “pero la región entre ambos tendría temperaturas moderadas entre los 0 y los 100° C”, los puntos de congelamiento y ebullición del agua.

“Recientemente, mientras hemos aprendido más sobre los planetas en nuestro sistema solar, mejorado el modelado por computadora de las atmósferas, y descubierto vida en ambientes extremos terrestres, la posibilidad de planetas habitables orbitando estrellas M está recibiendo un interés renovado”, dice Backus. “Para explorar ese tema, el Equipo del NAI (Instituto de Astrobiología de la NASA) del Instituto SETI estará alojando una serie de talleres comenzando en el 2005. Cerca de dos docenas de expertos de varias ramas de la astrobiología se reunirán para estudiar la posibilidad de que estas pequeñas estrellas con épocas de vida extremadamente largas, puedan ser anfitriones adecuados para planetas con vida”.

Davies, autor de ¿Estamos solos? Consecuencias Filosóficas del Descubrimiento de Vida Extraterrestre, coincide en que los científicos deberán ser cautelosos acerca de asumir que ya conocen todos los mejores lugares para buscar vida más allá de la Tierra. Los descubrimientos recientes de planetas tamaño Neptuno orbitando cerca de sus estrellas le dan una razón más para estar vigilante. “Las consecuencias de la vida más allá de la Tierra están lejos del alcance”, dice Davies. “Hasta ahora, la especulación sobre esto se ha enfocado en planetas semejantes a la Tierra, pero quizás esto es demasiado regionalista. Dadas las extrañas configuraciones planetarias que se han detectado ahora, podríamos considerar la posibilidad de vida en algunos planetas muy distintos a la Tierra”.


Fuente: Instituto SETI

Traducción: María Luisa Hernández Castro

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miércoles, 1 de septiembre de 2004

Científicos descubren el Primero de una Nueva Clase de Planetas

Agosto 31, 2004

Los astrónomos anunciaron hoy el primer descubrimiento de una nueva clase de planetas más allá de nuestro sistema solar de 10 a 20 veces el tamaño de la Tierra – mucho más pequeños que cualquiera de los detectados anteriormente. Los planetas constituyen una nueva clase de planetas extrasolares del tamaño de Neptuno.

Esta ilustración artística muestra el planeta extrasolar recién descubierto orbitando la estrella Gliese 436. En este dibujo, el planeta aparece gaseoso como Júpiter, con una atmósfera nebulosa. Los astrónomos no saben realmente si este planeta es gaseoso, o rocoso, como la Tierra y Marte.
Pulse para ver una imagen más amplia Cortesía de la imagen: NASA.
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“Estos planetas del tamaño de Neptuno demuestran que los del tamaño de Júpiter, los gigantes de gas no son los únicos planetas allí afuera” mencionó el Dr. Geoffrey Marcy, uno de los co-descubridores del planeta. Su compañero, el Dr. Paul Butler, agregó, “Estamos comenzando a observar planetas más y más pequeños. El próximo destino son los planetas como la Tierra”.

Por otra parte, uno de los planetas nuevos se une a otros tres que orbitan la estrella cercana 55 Cancri para formar el primer sistema conocido de cuatro planetas.

Los descubrimientos consisten de dos nuevos planetas. Fueron descubiertos por el mundialmente famoso equipo caza-planetas formado por Butler y Marcy del Instituto Carnegie de Washington y la Universidad de California, en Berkeley, respectivamente; así como Barbara McArthur de la Universidad de Texas, en Austin. Ambos hallazgos fueron revisados por expertos y autorizados para su futura publicación en el Astrophysical Journal. La NASA y la Fundación Nacional de Ciencia (NSF) financiaron la investigación.

Puesto que los planetas nuevos son más pequeños que Júpiter, es posible que estén formados de roca, o de roca y hielo, en lugar de gas. Según los científicos, los planetas, al igual que la Tierra, pueden haberse formado a través de una acumulación gradual de masas rocosas. “Un planeta del tamaño de Neptuno puede no tener suficiente masa para retener gas, pero hasta este punto no lo sabemos”, dijo Butler.


Esta ilustración compara el tamaño de los recién descubiertos planetas más allá de nuestro sistema solar semejantes en tamaño a Neptuno con el tamaño de la Tierra y Júpiter. Los nuevos planetas tienen solo unas 20 veces la masa de la Tierra, o cerca de dos veces el tamaño real o el diámetro – mucho más pequeños que la mayoría de los planetas extrasolares del tamaño de Júpiter encontrados hasta hoy.
Cortesía de la Imagen: NASA/JPL


“La NASA junto con nuestra asociada NSF, está extremadamente orgullosa de este significativo descubrimiento planetario”, mencionó Al Diaz, Administrador Asociado del Directorado de Ciencia de la NASA. “El resultado del estupendo trabajo de los científicos del proyecto es un ejemplo brillante del valor de la exploración espacial”.

Las misiones futuras de la NASA para la búsqueda de planetas, incluyendo la misión Kepler, la Misión de Interferometría Espacial (Space Interferometry Mission) y el Localizador de Planetas Terrestres (Terrestrial Planet Finder), buscarán planetas semejantes a la Tierra. Se han descubierto cerca de 140 planetas extrasolares.

Ambos planetas nuevos están muy pegados a sus estrellas madre, mezclándose entre ellas en cuestión de días. El primer planeta, descubierto por Marcy y Butler, orbita una pequeña estrella llamada Gliese 436 cada dos días y medio a solo una pequeña fracción de la distancia entre la Tierra y el Sol, esto es a unos 4.1 millones de kilómetros (2.6 millones de millas). Este planeta es solo el segundo que se sabe que orbita una enana M, un tipo de estrella de poca masa de cuatro décimas del tamaño de nuestro propio sol. La estrella Gliese 436 está localizada en nuestro patio galáctico, a una distancia de 30 años luz en la constelación Leo.

El segundo planeta, descubierto por McArthur, corre alrededor de la estrella 55 Cancri en solo tres días, también a una fracción de la distancia entre la Tierra y el Sol, aproximadamente a 5.6 millones de kilómetros (3.5 millones de millas). Tres planetas más grandes giran también alrededor de la estrella cada 15, 44 y 4,520 días, respectivamente. Marcy y Butler descubrieron al más lejano de éstos en el 2002. Aún es el único gigante de gas conocido semejante a Júpiter que reside tan lejano a su estrella como nuestro propio Júpiter. La estrella 55 Cancri tiene una edad aproximada de 5 mil millones de años, un poco más luminosa que el sol, y está localizada a una distancia de 41 años luz en la constelación de Cáncer. “La estrella 55 Cancri es un laboratorio importante para el estudio de la formación y evolución del sistema planetario”, señaló McArthur.

En ambos descubrimientos se usó la técnica de “velocidad radial”, en la que el tirón gravitacional de un planeta es detectado por el bamboleo que produce en su estrella madre. Butler, Marcy y colaboradores, incluyendo a la Dra. Deborah Fischer de la Universidad Estatal de San Francisco y el Dr. Steven Vogt de la Universidad de California, en Santa Cruz, descubrieron su “Neptuno” después de la cuidadosa observación de 950 estrellas cercanas mediante el Observatorio W.M.Keck en Mauna Kea, Hawai. Pudieron ubicar un planeta tan relativamente pequeño a causa de que la estrella que tironea es pequeña y más susceptible al bamboleo.

McArthur y los colaboradores Drs. Michael Endl, William Cochran y Fritz Benedict de la Universidad de Texas descubrieron su “Neptuno” después de lograr más de 100 observaciones de la 55 Cancri desde el Telescopio Hobby-Eberly en el Observatorio McDonald al Oeste de Texas. Al combinar esta información con los datos anteriores de Marcy, Fischer y Butler del Observatorio Lick en California, y los datos de los archivos del Telescopio Espacial Hubble de la NASA, el equipo pudo figurar la órbita del planeta externo de la estrella 55 Cancri. Esto, a su vez, les permitió ver claramente las órbitas de los otros tres planetas interiores, incluyendo el nuevo “Neptuno”.

Pulse para obtener más imágenes y animaciones

La información sobre la búsqueda de la NASA de planetas extrasolares está disponible en: http://planetquest.jpl.nasa.gov/

Whitney Clavin
Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL)

Don Savage
Base de Operaciones de la NASA

Fuente: NAI (Instituto de Astrobiología de la NASA)

Traducido por: María Luisa Hernández Castro

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