domingo, 15 de agosto de 2004

Los Correos Electrónicos Ilustran la Fina Línea Entre lo Brillante y lo Extravagante

Agosto 11, 2004

por Seth Shostak - Astrónomo Senior

Puede haber solo algunas docenas de investigadores SETI de jornada completa, pero millones más desean ofrecer alguna ayuda de tiempo parcial. Su interés es comprensible. Después de todo, ¿que podría ser más atrayente para una persona del siglo 21 que la idea de que, a pesar de la ingeniosidad de las decenas de miles de millones de humanos que han deambulado y haraganeado por todo el planeta, él o ella pudiera ser el primero en descubrir extraterrestres en algún mundo remoto? Este interés generalizado en ayudar en la búsqueda se explica indudablemente por la popularidad del protector de pantalla de SETI@home. Y es responsable también de mucho de mi correo electrónico.

A diario recibo pantallas llenas de sugerencias, preguntas y comentarios. La mayoría son directos: el remitente tiene una duda acerca de un aspecto específico de la tecnología SETI. Por ejemplo: ¿cómo podemos reconocer una señal extraterrestre? A veces un remitente tendrá una lista de preguntas que pudieran ser contestadas más rápidamente si solo tomara un curso de dos semestres ya sea en física, astronomía o radio ingeniería. Mis respuestas a tales interrogatorios no específicos son probablemente insatisfactorias, pero acostumbro responder algo amable para aquellos faltos de instrucción superior o de bajo nivel en SAT (prueba de aptitud escolar).

Ahora y de nuevo, pensadores independientes enviarán sus propios artículos de investigación – la esencia destilada de años de esfuerzo en el ático o guarida – los cuales supuestamente muestran en un puñado de páginas, y con matemáticas de tercer grado, que Einstein estaba equivocado, y que por lo tanto, SETI está, de alguna manera, ladrándole al árbol equivocado. Almaceno estos con tierno cuidado, y siempre ofrezco devolver los originales. Pero entonces de nuevo, probablemente soy demasiado blando.

Además están las personas quienes tienen una perspicacia privilegiada y desean compartirla. “Vigila las Pléyades con tus antenas”, amonestarán. Desde luego, las Pléyades abarca un conjunto estelar joven: sus estrellas miembros son cachorros, de solo algunas decenas de millones de años de edad -- apenas el tiempo suficiente para incubar vida compleja.

“El sistema Sirius”, recomiendan otros. “Después de todo los Dogon (una tribu en Mali) fueron visitados por extraterrestres quienes les hablaron de la estrella enana blanca que orbita Sirius A”. ¡Ay, que pena!, Sirius, también es una estrella joven, a lo sumo de unos cuantos cientos de millones de años de edad. Y los Dogon probablemente no fueron visitados.

Ocasionalmente, seré contactado por “espectadores remotos” quienes aparentemente tienen el poder de localizar extraterrestres usando nada más que el hardware que colocan entre sus oídos. Ellos, también, ofrecerán objetivos en el cielo (de nuevo, por lo general estrellas brillantes, a simple vista que están casi invariablemente demasiado calientes y demasiado jóvenes, para sustentar interesantes habitats de vida). Y mientras soy entusiasta para nuevas ideas, me temo que – dado el costo en tiempo y dinero para escudriñar algún sistema estelar – los objetivos necesitan más material de apoyo que una simple “visión remota”.

¿Una Mejor Física?

Otra categoría de recomendación es como hacer mejores los experimentos. ¿Porqué están perdiendo su tiempo buscando señales de luz o radio? reprochan algunos remitentes. “Las ondas de Gravedad son lo que los extraterrestres estarán usando para comunicarse, pues las ondas de gravedad son instantáneas”. Incluso dejando a un lado la considerable dificultad de detectar una onda de gravedad, e incluso la mayor dificultad en generar una (usted pudiera tener que destruir estrellas juntas para señalar radioescuchas distantes), está el hecho decepcionante de que, como sabemos hasta hoy, las ondas de gravedad viajan a la velocidad de la luz, y no más rápido.

Una variación sobre este tema, y uno que es erudito elegante, propone que sociedades avanzadas charlarán usando el ordenador cuántico, un sutil efecto que es instantáneo. Pero una cuidadosa mirada a este fenómeno, mostrará que no se libra de la condena de la velocidad de la luz. Si desea enviar información, el ordenador cuántico no es un esquema para hacerlo instantáneamente.

Al menos algunas personas brindan cada mes la queja de la “nueva física”. “Hace doscientos años, las personas se comunicaban aún por linternas destellantes y señales de humo. Esas técnicas eran indescriptiblemente sencillas. Así que, ¿que le hace pensar que las sociedades avanzadas estarían aún usando primitiva (en sus mundos) radiación electromagnética para hacer señales?” Bueno, desde luego no hay que negar que los nuevos desarrollos en la física pudieran convertirse en esquemas de comunicación de los que estamos ignorantes – esquemas que realmente hagan que la luz y el radio luzcan como formas primitivas de transmitir mensajes. El problema aquí es que es muy difícil concebir un experimento – dejando a un lado el equipo necesario – cuando no se tiene idea de los principios físicos implicados. Esto es como decirle a Cristóbal Colón que olvide las naves de madera y construya un jet.

Todavía otros tratan de ayudarnos a sintonizar nuestros receptores. Las frecuencias naturales del ADN y la clorofila se sugieren como puntos en el cuadrante a investigar (¿pero, exactamente, qué son esas frecuencias?) Otros dicen que debiéramos sintonizar nuestro equipo a la longitud de onda de las transmisiones cerebrales (cerebros presumiblemente extraterrestres). Sugerencias bien intencionadas, pero difíciles de justificar o implementar.

Sinceramente, muchas de estas sugerencias gratuitas valen la pena. Pero a veces hay ideas realmente sólidas en estas entradas de información no solicitadas, y honestamente yo trato de dar a cada bite de correspondencia que llega el beneficio de consideración. Las mejores ideas en la ciencia a menudo llegan en trayectorias inesperadas, y eso ciertamente ha sido verídico para SETI. Así que sigan enviando esas cartas y tarjetas, amigos. Solo no esperen una educación universitaria por correo electrónico.

Fuente: Instituto SETI

Traducción: María Luisa Hernández Castro

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