miércoles, 10 de noviembre de 2004

Nuestros Hermanos Inteligentes

Octubre 29, 2004

por Seth Shostak
Astrónomo Senior



¿Existe realmente vida allí afuera? ¿Estuvo un Marte más benévolo y húmedo dotado alguna vez por un florecimiento bacterial cuyos descendientes esperan ahora nuestro descubrimiento? ¿Los microbios extraterrestres no vistos nadan en los océanos enterrados de Europa, Calisto o Ganímedes? ¿Que hay de los lagos de metano bajo cero de Titán?

Aún no sabemos si cualquiera de estos mundos cercanos alojan cosas vivas. Pero el dinero listo apuesta que hay incontables paisajes extraterrestres, alrededor de nuestra estrella y de otras, donde las condiciones no solo están maduras para la vida, sino que la biología ha salido adelante.

En otras palabras, se calcula que las probabilidades para la vida extraterrestre son buenas.

Pero cuando llega a la vida inteligente – vida que podría inventar ciencia y tecnología --- los corredores titubean. Después de todo, el camino al Homo sapiens fue sinuoso. Hubo innumerables bifurcaciones en el camino evolutivo, y no pocos biólogos han sugerido que si la historia de este planeta hubiera sido tan solo un poco distinta, los seres humanos nunca habrían hecho la escena. Ellos dicen que la inteligencia fue un accidente altamente improbable.

El único modo de refutar ampliamente esta noción más bien conservadora sería encontrar inteligencia en algún otro sitio. Eso es lo que SETI trata de hacer.

Pero hay otra línea de investigación que podría darnos entendimientos importantes: podríamos investigar cómo las especies llegan a ser inteligentes. Si el proceso que conduce a las especies a un coeficiente de inteligencia más alto depende de la casualidad o un evento fortuito, pudiéramos deducir que el raciocinio es un talento raro. Si no, entonces confiadamente podemos contar con abundantes hermanos galácticos sofisticados.

Lamentablemente, aún no sabemos cómo surgió nuestra propia inteligencia. ¿Qué picó a nuestros ancestros para evolucionar de simples simios a criaturas pensantes? Una teoría dice que todo fue una consecuencia de la conducta de apareamiento que eligieron por conveniencia reproductiva, pero existen otras posibilidades.



Imagen: http://otn.uoregon.edu/.


Sabemos tan poco sobre nuestra propia historia intelectual, incluso sabemos menos sobre otras especies claramente inteligentes, como los delfines.

Corrección: cambie eso a tiempo pasado. Algunas investigaciones recién publicadas por la bióloga conductista Lori Marino (de la Universidad Emory y del Instituto SETI), junto a sus colegas Dan McShea y Mark D. Uhen, por vez primera, ha trazado la inteligencia de ballenas dentadas y delfines en los últimos 50 millones de años. Este mapa puede conducirnos a un verdadero tesoro de investigación: descubrir que es lo que motiva a la evolución seleccionar la inteligencia elevada.

¿Cómo pudieron Marino y su equipo medir el coeficiente intelectual de animales que respiraron durante los últimos millones de años? Ella utilizó lo que se ha convertido en un estándar aceptado para calibrar la inteligencia de animales vivos o muertos: el así llamado “cociente de encefalización” o EQ. Aplicado simplemente, es la masa del cerebro, como una fracción del peso corporal. Si usted tiene un cerebro tamaño promedio para su peso corporal, entonces su EQ es uno. Si usted tiene un cerebro el doble de masivo que el promedio de las especies de su tamaño, entonces su EQ es dos – y usted se mueve, si no a la cabeza de la clase, al menos algunas filas adelante.

Los pumas, por ejemplo, cuyo peso corporal es comparable al suyo, tienen un EQ de uno. Los humanos tenemos un EQ de siete, lo cual significa que su cerebro es casi siete veces más grande que los de esos grandes gatos (lo cual causa que invariablemente usted los derrote en el juego de palabras Scrabble).

El equipo de Marino pasó cuatro años frecuentando las polvorientas colecciones de los museos, rastreando los cráneos fósiles de ballenas dentadas y delfines. Entonces determinaron el volumen de sus cerebros con la ayuda de la tomografía computarizada. El peso de los animales fue estimado al medir el tamaño de algunos de los huesos donde la médula espinal entra al cráneo, un parámetro conocido por estar fuertemente relacionado con la masa corporal. Con la información a la mano, calcularon entonces el EQ de más de 200 especimenes, que representan 37 familias y 62 especies.

¿Que encontraron? Para empezar, los cetáceos tuvieron un gran salto en EQ hace cerca de 35 millones de años, cuadruplicando su EQ de 0.5 a 2.1. Se ignora el motivo de este cambio cerebral, pero una posibilidad es que fue la consecuencia de desarrollar la ecolocación – “ver” su medio ambiente articulando chirridos de alta tonalidad y analizando los sonidos reflejados.

Sin embargo, en los últimos 35 millones de años, estas criaturas han generado descendientes con un amplio rango de EQs, algunos bastante regulares con EQ aproximado a 1.0, y otros con EQ de 4 y 5, algo cercano al nuestro. De hecho, como comenta Marino, “Los cetáceos más inteligentes no están muy lejos de nosotros; ellos pueden hacer muchas cosas que solo los seres humanos y los grandes monos pueden hacer. Tal vez sean un buen ejemplo de una compleja pero mayormente no tecnológica inteligencia”.

¿Qué demuestra eso? No estamos cercanamente relacionados a los delfines en un sentido evolutivo. Pero a pesar de eso desarrollaron una inteligencia comparable a la nuestra. Eso sugiere que hay un verdadero valor de supervivencia en la inteligencia, y que hay muchas formas en que la naturaleza puede producirla.

“Tenemos aquí cuatro o cinco diferentes grupos de animales que, desde un punto de vista evolutivo, son muy distintos”, dice Marino. “Pero existe claramente un efecto de selección de un orden más alto que ha creado similitudes en función. Esto pudiera ser la consecuencia de cierto aspecto de interacción social”.

“Tenga presente”, puntualiza Marino, “que los cerebros no crecen con el tiempo. Debería tener una muy buena razón para poseer un cerebro grande, ya que son metabólicamente muy costosos. Usted tendrá el cerebro que necesita, no más.”

Pero para aquellas criaturas que habitan un nicho ecológico donde la inteligencia vale la pena, suena como si pudiera alcanzarse un alto coeficiente intelectual mediante varios caminos. “Los cetáceos y los primates no están cercanamente relacionados, pero ambos tienen aptitudes de comportamiento similares y cerebros grandes – los más grandes sobre el planeta. La integración cognitiva parece ser el punto fundamental.”

¿Que hay acerca de la posibilidad de inteligencia extraterrestre? Marino comenta filosófica: “Creo que esta investigación es una pieza del rompecabezas, aunque aún tenemos un largo camino por recorrer”.

“Esto nos dice algo acerca del cómo se desarrolló la inteligencia en este planeta, mientras más aprendamos de eso, mejor podemos estimar la probabilidad de que se desarrolle en alguna otra parte. Además nos da una mejor comprensión de cual es el rango de posibilidades”.

Los seres humanos no somos el único juego inteligente en la población. Y esa afirmación puede extenderse al cosmos.


Fuente: Instituto SETI

Traducido por: María Luisa Hernández Castro

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