jueves, 15 de abril de 2004

Las Cenizas del Fénix

Resumen: Abril 04, 2004.- Lo que llegó a ser el primer intento sistemático para la búsqueda de radio comunicación inteligente de otros mundos, ha caído herido. El Proyecto Phoenix sufrirá una transición hacia métodos de búsqueda más avanzados, pero su estatus innovador ha llegado a ser parte de la historia.




por Peter Backus, Administrador de los Programas de Observación SETI, Instituto SETI

En un universo rebosante de estrellas, la búsqueda es en si la vida existe en cualquier otra parte. Imagen: NASA/STScI/ESA

El Proyecto Phoenix ha dejado el edificio. Hay espacios vacíos en el Observatorio de Arecibo, pero no por mucho tiempo. Un nuevo grupo de computadoras está destinado para el espacio ocupado por quince Módulos de Detección Programable. Los gabinetes que almacenaron los componentes de repuesto para el sistema de búsqueda del Phoenix ya están reasignados a los grupos de Monitoreo y Electrónica RFI.


Para el personal de Arecibo, otro proyecto SETI ha concluido, y la vida en el observatorio continúa. Pero para nosotros, la vida está en transición mientras cerramos un proyecto y comenzamos otro. Mientras esperamos en California la llegada de nuestro equipo desde Puerto Rico, es buen momento para hacer un recuento del Proyecto Phoenix. No fue “solo otro” proyecto SETI.



Arecibo. El disco radio telescopio más grande del mundo. Puerto Rico

Phoenix surgió de las cenizas del Programa SETI de la NASA que fue cancelado por el Congreso de los Estados Unidos en 1993. El Instituto SETI aseguró el uso de algunos de los equipos de búsqueda desarrollados por la NASA bajo un préstamo a largo plazo y recaudó fondos privados para dirigir una búsqueda. En el año siguiente, científicos e ingenieros del Instituto duplicaron el tamaño del sistema de búsqueda. En Febrero de 1995, solo un mes después del plan original de la NASA, el Proyecto Phoenix comenzó su búsqueda apuntada a estrellas cercanas.

El origen del Phoenix, aunque inusual, no es la razón que lo hizo distinto de otro proyecto SETI. Phoenix observó cientos de estrellas en miles de millones de canales de frecuencia, con alta sensibilidad, y la detección y verificación de señales en tiempo real. Ninguna otra búsqueda puede compararse en ningún aspecto.

Algunas búsquedas han visto algunas estrellas cercanas en bandas de frecuencia específicas. Phoenix observó más de 700 estrellas, usando algunos de los más grandes telescopios del mundo, cubriendo todas las frecuencias disponibles entre 1200 y 3000 MHz con canales de solo 0.7 Hz de ancho.

Algunas búsquedas han usado telescopios grandes, pero ellos típicamente exploran el cielo y están limitados a una sola banda de frecuencia. La mayoría del tiempo, estas búsquedas no observan estrellas en nuestra galaxia, sino que están mirando estrellas a millones de años luz de distancia. En una fracción de tiempo ellos observan estrellas en la Vía Láctea, solo tardan de 10 a 20 segundos por estrella. Phoenix solo observó estrellas cercanas en nuestra galaxia y así podía dedicar de 100 a 550 segundos por estrella por banda de frecuencia.

Casi todas las búsquedas tienen algo en común, señales sin resolver. Cuando buscas señales de comunicación desde distancias interestelares, con certeza detectarás señales de la Tierra y de sus satélites. Phoenix perfeccionó las técnicas de procesamiento y verificación iniciadas por Paul Horowitz de la Universidad de Harvard.

En un trayecto de dos fases, Phoenix recogió datos y detectó señales. Algunas señales por fuera de la base de datos de interferencia terrestre reciente fueron sometidas a un tipo de observación única en Phoenix. Usando un segundo telescopio, la estrella sería reobservada en la frecuencia de la señal candidata ET. La rotación de la Tierra produce un distinto y diferente cambio Doppler en los dos telescopios. Esta técnica, llamada pseudointerferometría, descartaría señales que no vinieran de la dirección de la estrella. Con este proceso y otras pruebas, el Proyecto Phoenix no tiene señales sin resolver.



La Vía Láctea. Imagen: Akira Fujii.


Después de más de nueve años de traer un complejo sistema de electrónicos a Australia, Virginia del Oeste, Georgia, Inglaterra y Puerto Rico, el Proyecto Phoenix terminó. Observamos más de un millón de estrellas-MHz, procesamos millones de señales, pero no encontramos evidencia de otra civilización tecnológica en nuestro vecindario galáctico. Solo queda una tarea, escribir los reportes para las revistas científicas. En el proceso de escribir esos reportes, también recopilamos las “lecciones aprendidas”, una parte importante de preparación para la siguiente búsqueda.

En los años siguientes, Phoenix será visto como el primer examen sistemático de la humanidad de las estrellas cercanas.

Fue un gran avance sobre el resto de los programas SETI, pero sus superlativos no durarán. Nuevas y más potentes búsquedas se producirán en las décadas siguientes que harán que la sensibilidad, número de estrellas y cobertura de frecuencia del Phoenix luzcan pequeñas en comparación.

Pero, siempre será nuestro primer gran paso a la exploración de nuestra parte de la Vía Láctea.

Fuente: Astrobiology Magazine

Traducción: María Luisa Hernández Castro

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